jueves, 29 de marzo de 2012

SOBRE LA EVALUACIÓN 

POR RAFAEL GÓMEZ 

(EL CORDI)



Aunque existen planteamientos acerca de la génesis del término evaluación, podría manifestar que no hay certeza en su desarrollo y menos en la noción o conceptualización de este, situación que lleva a interpretaciones desde distintos contextos y situaciones. Angel Diaz Barriga, manifiesta, que el surgimiento del término se encuentra estrechamente vinculado al proceso de industrialización de los EEUU. Y particularmente al desarrollo de los conceptos de Taylor en 1991, relativos al manejo científico del trabajo, por tanto tal noción obedece a las exigencias de eficiencia del capital.
Ángel Díaz Barriga. Plantea también que el termino evaluación se viene acuñando a todo proceso indiscriminadamente, al punto que se ha considerado como la opción de la solución a la crisis educativa.
Encontramos entonces que se debe evaluar la calidad de la educación, de la institución, del proceso, del estudiante, del docente y con la expectativa de que estos procesos evaluativos conducen por si solos a la solución de los problemas, entre ellos las dificultades en la educación.
Hasta el año 2008, inclusive, se consideraba que la crisis educativa tenia su hacedero en el decreto 230, decreto que ha juicio personal, en su espíritu, pretendía aportar una posibilidad para que el termino evaluación se convirtiera en el conjunto de procesos que permitiría encontrar las dificultades y/o fortalezas en nuestros educandos para que a partir de ello se generaran las líneas de formación, de enseñanza, de humanización de nuestros jóvenes, un decreto cuya intensión también pretendía que la perdida de año de los jóvenes no fuera un fin, al contrario que se convirtiera en la ultima posibilidad…
A partir del año 2009 el decreto 1290, abre la posibilidad para que las instituciones educativas apropien organicen y desarrollen un sistema institucional de “EVALUACION” que luego de al menos dos años de aplicación y constituida desde los contextos institucionales al parecer no ha sido la solución a la crisis educativa.
Podríamos decir que la construcción de SIE a partir del 1290 se limita a recoger elementos del decreto 230 y a desarrollar un elemento meramente técnico que arroje unos resultados y que permita tomar unas decisiones frente a que el joven, apruebe o pierda el año, olvidando que un verdadero proceso evaluativo conlleva al dialogo, al análisis y la percepción a la integralidad a la observación se cancela la posibilidad de la reflexión conceptual de la revisión de un contexto el análisis de unos procesos la observación de un individuo, de la propia evaluación.
Dijimos antes que con el 1290 se genera un instrumento técnico pero además y al menos en una gran mayoría de instituciones, recoge elementos de propuestas de los de los 80 y 90: donde nos limitamos a calificar a dar una valoración numérica a el saber, al saber hacer, sentir, de los jóvenes , en muchas ocasiones sin que al menos los docentes y mucho menos los estudiantes reconozcan un criterio de calificación, desde que califica, como califica ni cuando califica y sin que estos resultados aporten elementos evaluativos que permitan al estudiante, entender las debilidades o fortalezas de su proceso de formación.
El mismo decreto 1290 plantea que las SIE deben de garantizar, que la evaluación reúna las características de continua, dialógica integral sin embargo cada vez que la institución se preocupa por construir instrumentos técnicos de calificación se cae en la posibilidad de alejar el propósito de aportar elementos de juicio y valor desde la integralidad y el dialogo.
Caemos con ello en la tecnocracia evaluativa, desde meros instrumentos y técnicas evaluativas interesadas únicamente en la posibilidad de tomar decisiones, frente a la permanencia o no, frente a la aprobación o no del año lectivo del estudiante.
Que importancia desde este punto de vista, habría que endilgarle al echo de que el estudiante en sus años lectivos no aprueba 1,2,3, asignaturas, que garantía le ofrece reiniciar un año lectivo. Le deja acaso el proceso evaluativo desde la calificación la posibilidad de entender su debilidad o su fortaleza, acaso le garantiza potencializar sus talentos.
Es acaso una verdad que el joven que pierde, 1,2 o mas áreas en el año escolar, estaría condenado al fracaso en su proyecto de vida y desde allí sus potencialidades y talentos no podrían garantizar el éxito para su vida.
De acuerdo con lo planteado por, Angel DIaz Barriga, Alicia de Alba, Martha Viesca la evaluación tiene carácter axiológico dado que le es intrínseco connotar valorativamente (dar valor o negárselo). El máximo nivel de complejidad y responsabilidad ante el ejercicio consciente del razonamiento pero precisamente al evadir en el análisis de la evaluación misma su carácter axiológico la convierte en un arma irracional de la racionalidad técnica.
Debemos preguntarnos la razón por la cual los sistemas institucionales de evaluación se constituyen desde, la ausencia de principios que desarrollen mecanismo evaluativos donde el proceso se limite a la observación, al dialogo, el análisis de fortalezas, debilidades a la comprensión de el proceso de los estudiantes, de tal manera que al final de cada periodo los docentes y/o comité de evaluación se permita de manera neutral y equitativa expresar y describir el proceso formativo del joven desde las dimensiones cognitiva, cognoscitiva procedimental, en lo que respecta a las habilidades y destrezas y su dimensión actitudinal social o volitiva, que estos descriptores permitan reconocer los posibles talentos del niño que desde allí se desarrollen las acciones de enseñanza y fortalecimiento de potencialidades .

Que interesante que el proceso evaluativo de la institución educativa se convierta en la posibilidad de convertirse en el eje o columna vertebral que permite el dialogo estudiante , docente, familia, que se asuma como el soporte de la investigación el descubrimiento de talentos y con ello la organización de un currículo posibilitador del desarrollo del niño desde sus talentos, acción que seguramente puede conducir al avance del proceso educativo, formativo y humanizador que permita desarrollar capacidades suficientes desde su potencial, para construir desde allí su proyecto de vida, que le permita constituirse socialmente exitoso y alcanzar el fin del ser humano que debe ser la felicidad , la alegría.

Por otro lado debo entender que la escuela se limita en el plantear en sus sistemas institucionales de evaluación la construcción de meros instrumentos de calificación, toda vez que la normatividad es coherente en el termino de evaluación cuando en el decreto 1290 plantea un proceso evaluativo integral, dialógico , permanente y continuo, que es coherente cuando plantea el desarrollo de competencias desde la integralidad, pero deja de ser coherente cuando el ente regulador, limita la calidad de la educación y de las instituciones educativas al mero resultado de las pruebas estandarizadas saber o saber once, situación que motiva a la escuela a desarrollar meramente técnicas para capacitar a los jóvenes en responder estas pruebas y la aleja del carácter formativo y educador.
Lo anterior me lleva a pensar que la calidad de la educación estaría sujetada y entendida como el buen resultado en estas pruebas estandarizadas.
Acaso la calidad de la educación no podría ser o alcanzarse cuando el ser humano desarrolla plenamente su potencialidad lo lleve a su aceptación, a su propio compromiso y con ello proyectarse con alegría y felicidad.
Acaso el resultado de un examen icfes o saber que se puede responder en 1 día y bajo diferentes condiciones emocionales, fisiológicas o sociales puede expresar el resultado de proceso de tantos años en la escuela.
Aquel estudiante cuyo resultado icfes o saber es negativo es realmente la señal de estar condenado al fracaso social, cultural económico o familiar.
Plantea Ángel Díaz Barriga “La obsesión por valorar la educación solo a través de sus resultados inmediatos impide estudiar, a mediano o largo plazo aquellos efectos educativos que mas profundamente arraigan en los sujetos
Por tanto estos resultados inmediatos como pruebas icfes, saber exámenes periódicos son básicamente aparentes (fenomenomenicos).
Agrega Ángel Díaz Barriga, la evaluación formativa solo podrá constituirse en su campo metodológico alternativo cuando en su enfrentamiento epistemológico, se busque destacar los aspectos cualitativos de una situación educativa, en este punto la evaluación se acercaría más a la cualidad de los procesos que el cumplimiento establecido de objetivos (lo fenoménico).
Miguel Ángel Cornejo, ha dicho que el actuar regular en la familia y escuela, frente a resultados académicos de los estudiantes es detectar las áreas débiles para desarrollar acciones de superación, situación que no esta mal, pero que con lleva a que se descuide la potencialidad cognitiva o la destreza procedimental del joven en razón que las áreas con resultados altos no se revisan y pueden indicar el verdadero potencial del joven, que en vez de desarrollar todas las acciones en las áreas débiles se proyecten todas las acciones para potenciar y fortalecer las áreas fuertes pues allí puede estar el talentos del joven y desde allí desarrollar el proyecto de vida del educando.
Rafael Hernando Gómez Saavedra
Especialización en Gerencia Social de la Educación

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